Fuente: La Vanguardia.
Aunque hace apenas cinco años que el ADSL se empezó a popularizar entre los internautas españoles y demás europeos, hay quien pide jubilar cuanto antes este sistema, que en realidad ya tiene más años. Casi todos los hogares tienen conexión telefónica, un cable con dos hilos de cobre (conocido como par de cobre). Desde la década de 1950 se utilizaban los pares de cobre para las incipientes redes de datos, de los cajeros bancarios, por ejemplo, explica Miquel Ramírez, del Col · legi d'Enginyers de Telecomunicacions. De la misma manera, se aprovechó el cobre para transportar internet. Pero esta conexión tiene sus limitaciones y no permite velocidades muy altas - los 20 megas que muchas operadoras anuncian sólo se consiguen cuando el usuario está como mucho a un kilómetro de la central de telefonía, de lo que se conoce como punto de agregación-.
Entre todas las alternativas que se barajan hay dos que despuntan. Una sería la que engloba las tecnologías basadas en DSL - dentro de la cual se incluye el ADSL-, principalmente la que se conoce como VDSL, que permitiría llegar hasta los 60 megas y que sería una evolución del mismo ADSL.
Sin embargo, el objetivo final - en países como Japón ya es una realidad- es la fibra óptica. Sólo se trataría de sustituir un cable por otro, en principio, aunque los conflictos entre operadoras y gobiernos han ralentizado su implantación. Con la fibra óptica no habría por ahora límites de capacidad.
La conexión en la telefonía móvil también evoluciona. Se prevé que los terminales alcancen decenas de megas de velocidad. Por ahora, pocas personas tienen un móvil 3G, pero lo cierto es que ya existen tecnologías pensadas para terminales 4G, llamadas WiMax y LTE (Long Term Evolution). En la actualidad ya se ha creado una especie de ADSL para los móviles llamada, pero pronto quedará obsoleta.
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