Google parece estar acuñando dinero a la misma velocidad que el Gobierno estadounidense; podría amasar 21.000 millones de dólares en metálico el próximo año. Pero al contrario que el Gobierno de Obama, el consejero delegado, Eric Schmidt, afirma que la empresa no tiene planes de ponerse a gastar como loca. No está claro para qué necesita Google el dinero. El flujo de caja por sí solo podría financiar la mayoría de las adquisiciones factibles. Es hora de que Google establezca un dividendo.
Google tiene en este momento 16.000 millones de dólares en metálico. Y la declaración hecha por Schmidt de que la empresa no va a hacer gastos este año significa que el montón crecerá. Si Google continúa su estilo de acuñación de dinero -tenía 7.900 millones de dólares de caja el año pasado- terminará el año con la asombrosa cantidad de 21.000 millones de dólares en sus arcas. Si sigue recortando el gasto de capital como en trimestres anteriores, la acumulación sería aún mayor.
Schmidt dijo no hace mucho que se reducirá el gasto y que no prevé que los ingresos de Google caigan, lo cual parece verosímil. Pero su plan de acumular dinero es sorprendente. ¿Para qué es el dinero?
Los reguladores no permitirían a Google comprar un motor de búsqueda rival como
Yahoo. Es verdad que podría ir tras un gran activo que no forme parte de su actividad básica, como Research in Motion, fabricante de Blackberry, pero los inversores se indignarían ante ese cambio de objetivos. Mientras tanto, pequeñas operaciones como Twitter, Salesforce.com o incluso Facebook podrían financiarse sin vaciar mucho la hucha.
En lugar de eso, la empresa debería instituir un dividendo. Es un paso difícil para las empresas tecnológicas, porque supone admitir que el sector ha madurado. Apple, por ejemplo, todavía no paga dividendos. Pero los tiempos en los que Google registraba aumentos del 50% en los beneficios trimestrales se han terminado. Los analistas prevén que sus beneficios crecerán menos del 10% este año.
Un dividendo ayudaría a Google a atraer inversores que compran y mantienen una cartera y a estabilizar el precio de sus acciones. El mercado no dudará de su capacidad para repartir beneficios, de modo que el dividendo podría incluso atraer a multitud de accionistas de empresas que han recortado los suyos, como Citigroup y GE. Puede que para los directivos pagar dividendos no sea tan divertido como diseñar absorciones, pero la madurez tiene sus propios alicientes. Es hora de que Google se haga mayor.
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