Es oficial, estamos en la era de los ultraportátiles de bajo precio. Ayer HP lanzó su primer Mini PC, un equipo con sabor a Asus eee. Ya habíamos hablado en el blog de cómo las grandes marcas estaban preparando su desembarco en este mercado tan jugoso y antes desconocido. HP es la primera pero pronto Acer también moverá ficha.
El lunes, además, Airis anunció también una máquina de 300 euros. No he hablado de ella porque he tenido malas experiencias con algunas máquinas de la compañía en el pasado y ahora están en mi lista de empresas con las que hay que andar con mucho cuidado. Cuando lo haya probado, si lo pruebo, ya comentaré algo.
Hablemos de HP. Lo más interesante, creo, es que desde un primer momento están enfocando la máquina al mercado educativo. Nunca deja de sorprenderme este afán por querer dotar a este tipo de equipos de un componente social o altruista cuando es bien sabido que el usuario medio de un Asus eee ya tiene al menos otro ordenador. Para mí los Mini PC son un perfecto segundo o tercer equipo portátil. Un ordenador que te llevarías donde no te llevas otro —incluído el aula, claro- pero no un ordenador para atraer a quienes no tienen uno.
Me encanta que por fin haya movimiento y alternativas. Voy a confesarlo, no soy un fan del eee. Las veces que lo he probado me ha dejado un poco frío y estoy esperando a la competencia para ver si algún modelo consigue que viaje ligero de equipaje. Este HP, sin embargo, creo que tampoco da en el clavo para mi —a lo mejor me equivoco-. Es más caro que el Asus eee —en EEUU cuesta 500 dólares frente a los 300 de la competencia- pero incluye un teclado resistente a líquidos, un disco duro resistente a golpes y una carcasa de aluminio resistente a… bueno, simplemente resistente.
La pantalla tiene 9 pulgadas y tiene mayor disco duro. Puede configurarse con un disco de memoria sólida de 64 GB o uno tradicional de 160 GB y al igual que el Asus se puede funcionar con Linux o con Windows, aunque me da en la nariz que HP prefiere lo segundo (ellos dirán que son agnósticos. ¡Ja!).
Linux, linux, linux. El otro día llegué a la conclusión de que si Linux quiere, de una vez por todas, meterse en el entorno doméstico, no tendrá mejor oportunidad que esta. Durante años se ha especulado con la llegada de equipos con Linux a los hogares de personas sin perfil técnico pero por muy sencillas que sean ahora las instalaciones —que lo son- y muy bueno que sea el Ubuntu —que lo es- hay que vivir con los pies bien separados de la tierra para pensar que Linux es una alternativa al omnipresente Windows. Ojo, no desde el punto de vista técnico (no me crucifiquéis, algún día hablaré de mi relación con Linux), sino desde el comercial.
Ahora, con estos "netbook" —que es como llama Intel a este tipo de ordenadores de bajo coste- Linux tiene su oportunidad de brillar, de darse a conocer, de quitarse el estigma de complejo oscuro y poco compatible. Microsoft lo sabe y por eso ha anunciado que mantendrá Windows XP para este tipo de ordenadores hasta el año 2010. Es una cuestión de estrategia. Le han visto las orejas al lobo.
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