El ultimátum dado por el gigante de 'software' Microsoft a Yahoo! para llegar a un acuerdo sobre una adquisición amistosa venció en la medianoche del sábado al domingo sin que las empresas hayan emitido comentarios al respecto.
Microsoft había amenazado con una adquisición hostil si la gerencia de Yahoo! no se ponía de acuerdo para la operación. Sin embargo, el grupo no excluyó la posibilidad de retirar completamente su oferta.
El gigante de Redmond quería comprar Yahoo! para ampliar su negocio 'online' originalmente por casi 45.000 millones de dólares, un movimiento que rompería el dominio del rival Google en la búsqueda 'online' y en la publicidad por Internet.
Yahoo!, por su parte, negoció con otros posibles socios como Google, el portal AOL o el grupo mediático Rupert Murdoch.
Durante los dos últimos meses, ambas compañías han mantenido diversos contactos, pero las posiciones estuvieron siempre muy distanciadas. El principal escollo ha sido el valor de la oferta. Los dirigentes del portal de internet pedían una mejora, mientras que los del gigante informático no lo consideraban necesario por no haber ninguna otra sobre la mesa. Como medida de presión, Ballmer ha amenazado con rebajar la oferta de no ser aceptada.
Yahoo!, por su parte, negoció con otros posibles socios como Google, el portal AOL o el grupo mediático Rupert Murdoch.
Las conversaciones entre Microsoft y Yahoo! no avanzan hasta el momento. Microsoft excluyó elevar su oferta hace dos días y habló de exigencias sobre "expectativas no realistas".
Expertos de Wall Street cuentan mayoritariamente con un triunfo de Microsoft en la compra, pero al mayor precio posible. De realizarse, sería la compra más cara de la historia del consorcio de 'software'.
Lo cierto es que una abrumadora mayoría de los analistas de Wall Street cree que Microsoft lanzará pronto una oferta hostil por Yahoo! al precio inicialmente ofrecido, sgún una encuesta de Reuters.
La mayoría de los analistas cree que el fabricante de 'software' iniciará ahora a una batalla de delegados, una estrategia que supone nombrar una junta directiva alternativa y someterla a votación en la mesa de accionistas de la empresa rival. Ello le permitiría cerrar con éxito la compra.
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