Miodrag Stojkovic (Leskovac, Serbia, 1964) es uno de los científicos más reconocidos del mundo en investigación con células madre desde que en 2004 se convirtiera en el primer europeo en clonar embriones humanos con fines terapéuticos. Stojkovic, que participó esta semana en Madrid en una jornada científica organizada por las fundaciones Garrigues y Sanitas, se muestra optimista acerca de sus progresos tras poner en marcha hace un año en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia el primer proyecto de clonación terapéutica aprobado en España. Asimismo, está convencido de que la llegada de Barack Obama a la Presidencia de EEUU impulsará los estudios con células embrionarias.
Fue el primer europeo en clonar embriones humanos para obtener células madre. ¿Han cambiado mucho las cosas desde 2004?
Sí, ha habido muchos cambios, aunque el más importante ha sido la aparición de las células IPS – células madre obtenidas mediante la reprogramación de células adultas–, que permiten derivar células madre específicas al igual que con la transferencia nuclear o clonación terapéutica.
¿La eficacia de la clonación terapéutica es ahora más elevada?
No; estamos al principio del desarrollo de esta técnica porque sólo unos cuantos grupos de investigación en todo el mundo tienen permiso para hacer transferencia nuclear con células embrionarias humanas.
¿Sustituirán las IPS a las células embrionarias en la investigación?
No por el momento, ya que es muy pronto para decir que las IPS son como las células madre de origen embrionario. Todavía tenemos que estudiar hasta qué punto son similares. Si llegamos a ver que su capacidad es igual o muy similar a la de las células embrionarias, probablemente no necesitemos más a estas últimas, pero aún es pronto para saberlo.
La principal pega de las células embrionarias es su capacidad de generar tumores. ¿Será posible controlar este riesgo?
Sí; siempre que consigamos lograr la diferenciación completa de las células madre no tendremos el problema de la formación de tumores. Hay estudios que indican que si se utiliza una mezcla de células diferenciadas y no diferenciadas sí se producen tumores, mientras que si se usan células puras no se dan. Una buena aproximación sería derivar una colonia pura de células madre diferenciadas donde no haya presencia de células embrionarias indiferenciadas.
¿Se puede asumir el riesgo de provocar un pequeño tumor a cambio de curar con células embrionarias una enfermedad más grave?
No, una terapia no debe ser sólo efectiva, sino también segura. No podemos provocar otra enfermedad para tratar de curar una patología. De hecho, dentro de poco veremos en Estados Unidos los resultados del primer ensayo clínico dirigido a demostrar si el uso de estas células en pacientes con lesiones de columna es seguro.
¿Qué supone la aprobación de este proyecto justo tras la llegada de Barack Obama al poder?
Creo que con el nuevo Gobierno las cosas van a ser completamente diferentes para las células embrionarias, ya que George W. Bush nunca apoyó estas investigaciones. Con Obama éstas se desarrollarán mejor y más rápido. La autorización del ensayo clínico es muy buena noticia, aunque la gente debe saber que ni las células adultas ni las embrionarias, por sí solas, van a curar todas las enfermedades. Necesitamos a las dos.
Pero las adultas ya tienen aplicación clínica y las embrionarias no…
Es cierto, pero también es verdad que llevamos 40 años con las células adultas, mientras que con las embrionarias trabajamos hace sólo 11 años. Hay que recordar que para desarrollar un medicamento tienen que pasar a veces 15 años desde que se empieza a investigar.
¿Puede tener Obama un efecto imán sobre los investigadores en células embrionarias?
Puede ocurrir, como ya pasó en California, donde una regulación favorable –la Proposición 71– atrajo a algunos de los principales científicos de Australia y Europa. Estoy seguro de que el equipo de Barack Obama va a dar un buen ejemplo de cómo hay que regular y financiar estas investigaciones.
En cuanto a su trabajo con clonación terapéutica para investigar las bases de enfermedades neurológicas, ¿cuándo habrá resultados?
Espero que muy pronto. Por el momento seguimos trabajando, y nuestro mayor problema es la dificultad de contar con ovocitos humanos de calidad, que es el mayor obstáculo en transferencia nuclear.
¿Tiene buenas perspectivas?
Sólo puedo decir que hemos hecho progresos con ovocitos que todavía no habían llegado a la madurez para llevarlos a la fase en la que se les pueda utilizar para la transferencia nuclear, pero todavía no se puede valorar su aplicación clínica.
¿Cuántos años faltan para que haya una aplicación clínica?
Es probable que en los próximos tres años veamos una aplicación real de las células embrionarias, especialmente en el caso de lesiones medulares o enfermedades neurológicas.
¿Está hablando de su trabajo?
Sí, aunque lograrlo no sólo depende de los científicos, sino también de factores como el dinero.
¿Piensa entonces que el Gobierno español autorizará antes de tres años un ensayo clínico con estas células, como en EEUU?
Eso espero. España tiene una regulación muy flexible que ha motivado que muchos científicos hayan venido a investigar. España se está convirtiendo en un país muy bueno para el desarrollo científico.
¿Qué le falta a España para estar a la vanguardia en investigación?
Lo primero es enseñar a la gente joven a usar el inglés como lengua científica. Después, los científicos deben poder trabajar al margen de las diferencias entre partidos políticos. Es bueno que haya debate, pero los científicos tienen que participar.
¿Está a gusto en Valencia?
Por el momento estoy muy feliz y no contemplo dejar España. Me gustaría seguir trabajando aquí, pero nunca se puede saber lo que va a pasar mañana.
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