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5/2/09

La restricción del crédito bancario abre el camino a los préstamos P2P

Fuente: El Pais.

Cuando las entidades financieras cierran el grifo, hogares y pequeñas empresas se ahogan por falta de liquidez. En el tercer trimestre del pasado año, los préstamos a familias y empresas cayeron el 95% y el 58%, respectivamente, comparado con el mismo periodo del 2007. El 20% menos en todo el año, según DBK. Y no se ha tocado fondo.

Donde unos huelen peligro, otros buscan oportunidades. "Las cifras demuestran que la crisis está beneficiando a la financiación P2P. El número de prestamistas y prestatarios está creciendo" explica Arturo Cervera, cofundador junto a José Miguel Rotaeche, ex directivos de banca, de Comunitae, la primera compañía de préstamos online entre personas que comenzará a operar en España en el segundo trimestre de 2009. El requisito básico para utilizar un servicio de préstamo P2P es residir y tener una cuenta abierta en el país de la empresa que ofrece el citado servicio.

El funcionamiento será similar al de sus precursores en Europa y EE UU. Comunitae clasifica a los prestatarios según su grado de riesgo de impago. Para ello, acude a la lista de morosos de la asociación nacional de establecimientos financieros de crédito (Asnef). Y a organismos de análisis de riesgo como Equifax o Experian. Sólo aquellos con un grado de riesgo adecuado son admitidos. Una vez remiten en papel la documentación básica (fotocopia del DNI, nóminas, etcétera), comienza la puja por la demanda.

Si alguien pide 3.000 euros a un tipo máximo del 9%, cualquier desconocido podría prestar la cantidad que desee por debajo de ese interés. Al final, el prestatario escogerá las mejores ofertas. En principio, todos ganan. Los inversores se embolsan una rentabilidad media entre el 6% y el 7%, y los prestatarios obtienen el ansiado dinero a un interés entre uno y dos puntos porcentuales menor respecto a un banco o caja tradicional.

Al igual que las líderes del sector, Zopa y Lending Club, Comunitae cobrará comisión a unos y a otros por la operación. Al no conceder el crédito, sino intermediar entre personas, no estará sujeta a regulación del Banco de España. Es una ventaja al establecer el negocio, pero un problema para sembrar confianza. Porque siempre surge la inevitable duda: quién garantiza el dinero en caso de impago. Las compañías de P2P online se desentienden. Según Cervera, aunque las cifras de impago son bajas, el prestamista debe ser consciente del riesgo que va a correr. "En establecimientos financieros de crédito las tasas de impago rondan el 5%. Nosotros queremos mantenerla por debajo del 0,5% en los préstamos de mejor clasificación". Algo que Zopa ya ha conseguido.

Sin embargo, con el aumento de la morosidad, la dificultad ahora es atraer a prestatarios de bajo riesgo. "Cada vez recibimos más solicitudes de gente muy endeudada y las tenemos que rechazar", explica Andrews, quien asegura que las tasas de impago en su web no superan el 0,4%.

Claves: riesgo y confianza

Ganarse la confianza del internauta para realizar transacciones delimitará la frontera entre el éxito y el fracaso. Especialmente en España, donde la banca online va con retraso. El 51% de los hogares españoles dispone de acceso a banda ancha, pero sólo el 31% de los internautas (frente al 45% en la UE de los 25) realiza operaciones financieras en Internet.

El perfil averso al riesgo de los prestamistas españoles será el otro obstáculo del P2P lending. Según JP Morgan Asset Management, sólo el 9% participa en fondos de inversión y el 8% se decanta por la renta variable. La mayoría prefiere las cuentas de ahorro, los planes de pensiones y los depósitos a plazo fijo. Menor rentabilidad pero apuesta segura. Especialmente en tiempos de fraudes financieros y quiebras bancarias. "Sería pretencioso negar que el P2P lending es un mercado de nicho, hay potencial pero queda mucho por desarrollar", reconoce Rotaeche. Los bancos todavía lo ven como un juego de niños. Para suponer una amenaza, la nueva competencia debería arañarles al menos el 1% del mercado de crédito al consumo, estimado en 63.000 millones de euros en España a finales del 2008, según DBK.

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