El elevado coste del plan de salvamento del sistema financiero que quiere llevar adelante el presidente Bush ha desatado las alarmas. Del pánico en las bolsas (ahora tranquilizadas con el rescate) se ha pasado al temor a que el endeudamiento de EEUU se haga insoportable. Con los cientos de miles de dólares que va a costar el plan, según los cálculos poco precisos del secretario del Tesoro de EEUU, la deuda de este país se puede incrementar hasta en un billón de dólares (unos 700.000 millones de euros), según Michael Pond, analista de Barclays Capital. También senadores republicanos (el partido de George Bush) como Richard Shelby han criticado los rescates de AIG, Fannie y Freddie por el elevado coste que van a suponer para el contribuyente. Según dijo Shelby a Bloomberg Televisión, el coste total puede estar entre 500.000 millones y 1 billón de dólares y mostró escepticismo respecto a que el Congreso corra a ratificarlo.
El plan de salvamento de Bush tampoco ha encontrado un aliado en John McCain, candidato republicano a la presidencia de EEUU. En su discurso de ayer, McCain dijo que la Reserva Federal debe dejar de ayudar al rescate de las instituciones financieras con problemas: “debería volver a centrarse en su misión principal de administrar nuestro flujo monetario y la inflación”. Por el contrario, Obama afirmó que son necesarias “medidas aún más osadas y decisivas” que las adoptadas por Bush.
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