Fuente: el confidencial.
Sin ser un experto en Viagra, quizá fue uno de los primeros españoles en tomar esta medicina. Corría el 2 de noviembre de 1998 y Umbral elogiaba a “la medicina perfecta”. Dejando de lado “la tendencia al neomachismo indeseable, basado exclusivamente en las erecciones” que Francisco pensó que podría tener lugar, hoy, diez años después, dos amenazas acechan a pastilla azul. La primera viene de piratas sin escrúpulos que comercian ilegalmente con medicamentos falsificados poniendo en peligro la salud de las personas -y vaciando el bolsillo de Pfizer- y la segunda viene del mercado farmacéutico ya que, desde el domingo, está abierta la veda para crear genéricos de la pastilla de la felicidad; "el mejor invento de finales del siglo XX", según Sabina.
Ayer me acerqué a una farmacia preguntando por la Viagra -no me la dieron, claro, no tenía receta- y pregunté a la farmacéutica por los precios. “Dispensamos cajas de 100 miligramos y cuatro comprimidos a 55’42€, de 100 mg y ocho comprimidos a 107`71 €, de 25 mg y cuatro comprimidos a 41’82, de 50 mg y cuatro comprimidos a 48´39€ y de 50 mg y ocho comprimidos a 93’73. Los miligramos los indica el médico dependiendo del grado de disfunción del paciente”, comentó. Todo un negocio, que se convierte en “supernegocio”, como le llama el teniente jefe de la Sección de Consumo y Medio Ambiente de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Moisés Vos Martínez, cuando las organizaciones criminales las venden a millones sin tener que pagar costes de investigación, personal, laboratorio...
David Shore, director de seguridad global de Pfizer Internacional desde hace tres años y buen conocedor de la mafia que se enriquece a costa de la salud del resto, alertó de cifras escalofriantes durante el semanario sobre falsificación de medicamentos que su empresa organizó el martes en Madrid. “La medicina fraudulenta produce 75.000 millones de dólares. Una sola máquina de un laboratorio clandestino de Viagra produce 30.000 paquetes en 24 horas. Teniendo en cuenta que cada paquete tiene cuatro viagras y que venden cada una a 15€, no hay más que echar la cuenta para ver que este ‘negocio’ mueve más dinero que el tráfico de cocaína”. Y así es. En el mundo hay miles de estas maquinitas en zulos donde a nadie le gustaría que se le cayera una piruleta que, además de ‘plagiar viagras ilegales’, las reinventan con ‘speed’, inventan cápsulas de Norvasc con polvos de talco, fabrican Lipitor con quince veces más aluminio del que lleva el original... Hay muertes cuya causa provada ha sido la ingesta de estas falsificaciones pero son pocas comparadas con las que debe haber a tener en cuenta los millones de pastillas ilegales que circulan por el mundo, más si cabe desde que existe Internet.
En España se trafica con anabolizantes, hormonas y Viagra falsa
La OMS y el FBI afirman que el 10% de los medicamentos que circulan en el mundo son falsos, llegando a ser del 50% en algunos países africanos y el 1% en países desarrollados pero Shore echa por tierra estas cifras asegurando que es imposible calcular su magnitud. En España, donde no se sabe la cota que alcanzan estas ventas, Policía y Guardia Civil trabajan en busca de estos criminales y en los últimos meses han cerrado varias operaciones con decenas de detenidos que se enriquecían a costa de personas desinformadas seguidoras de la religión del culto al cuerpo. En Zaragoza y Aranjuez se han destapado laboratorios de anabolizantes y hormonas de crecimiento y en Barcelona y Málaga redes fraudulentas que comerciaban con productos adelgazantes excesivamente hormonados y con milagrosos ‘crecepechos’. En el ámbito del culturismo se han incautado también, procedentes de china, anabolizantes, hormonas y Viagra –para contrarrestar el efecto de los dos anteriores-.
Cuenta la coordinadora de área de la Subdirección General de Gestión Aduanera, Nerea Rodríguez que en 2007 hubo 45.000 retenciones de medicina falsificada. Un suma y sigue que, debido a lo lucrativo del negocio y a la falta de un marco legislativo acorde a la alarmante situación que hace peligrar la salud pública, cada vez va a más. El magistrado de la Audiencia Nacional, Ricardo Rodríguez, afirma que “la regulación es criticable. Habría que corregir el desfase que acuerda la responsabilidad penal en un máximo de 220.000 euros, además de los 6 meses a 3 años de prisión, cuando por la vía administrativa es de 600.000 a 1.000.000 de euros. Se trata de una pena grave, no muy grave y, dado que los falsificadores se mueven por provincias y que las apelaciones son recurridas por juzgados provinciales, se dan sentencias contradictorias”.
Para dar con estos facinerosos la Guardia Civil cuenta sólo con ocho agentes en la sección de consumo, cuando los agentes dedicados al narcotráfico EDOA (Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga) son muchos más: un equipo de 5 a 30 personas por provincia y 30 más en la unidad central. Por su parte, la Policía tiene 5 agentes dedicados a seguir a estos mafiosos en Internet y 10 más en materia física. Muy pocos, a juzgar por la magnitud del problema. Si es usted consumidor Viagra acuda a por el medicamento a su farmacia. Según Francisco José García Pascual, de Pfizer, “de cada comprimido que se dispensa, se vende una Viagra ilegal llegando las falsificaciones al 50%” por personas que, buscando el anonimato, un precio más bajo y una accesibilidad más ‘cómoda’ que la de acudir a su médico, colaboran a la proliferación de la falsificación de medicamentos.
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